Marco Niro

Marco Niro y su viaje tras los escenarios de Hollywood, un genio creando realidades.

Por: Marco Niro | Leticia Martínez

Tenista en la infancia, viajero en la juventud y artista de origen y formación, Marco Niro no es un hombre de letras, sino de colores, texturas y espacios. Como su padre, quien pinta cuando puede, Marco se desempeña como diseñador de producción a tiempo completo y ha logrado establecerse en el corazón de la industria fílmica en Los Ángeles, California. La fábrica de sueños cinematográficos más grande del mundo… ¡Hollywood!

Tras concluir sus estudios en Roma, Italia, más específicamente en el IED (Istituto Europeo Di Design), y después de cumplir su anhelo de viajar por el mundo para entender la esencia del ser humano y su diversidad a través de expresiones artísticas, sociales y culturales, decidió establecerse en la Ciudad de México para dedicarse exclusivamente a la pintura, queriendo plasmar lo vivido durante tantos años como viajero, conocer el mundo con sus propios ojos.

La vida tiene giros intempestivos e inesperados, y así fue como el cine se interpuso en su camino, incorporándolo como un modesto dibujante. En esa primera experiencia, en medio del caos generado por un guión imposible de reproducir y de una batalla de egos artísticos y económicos, logró vislumbrar la ruta clara del futuro profesional que, de quererlo, lo llevaría a ocupar el tan codiciado pero incómodo lugar que desempeña el Diseñador de Producción.

El diseño en una producción en Hollywood consiste en transformar las ideas no descritas de un guión en espacios, texturas y colores, adaptados vertiginosamente para el accionar de una cámara cinematográfica que se integra coreográficamente entre actores en acción y, por ende, en movimiento.

 

Se dice que es fácil, pero poder controlar todos los elementos necesarios para recrear una realidad determinada, requiere de múltiples habilidades artísticas: arquitectura, diseño gráfico, diseño industrial y textil, decoración, fotografía, iluminación y teoría del color; además del conocimiento de las herramientas y necesidades de los distintos departamentos que conforman el equipo de rodaje y producción en cualquier proyecto que pretenda ser filmado, editado y, si se tiene suerte, proyectado para el esparcimiento de la sociedad.

Una producción de esta índole se puede desglosar en tres grandes grupos: producción, dirección y arte. Dentro de estos, se encuentran los distintos departamentos que los conforman: guion, actuación (casting), producción, dirección, fotografía, iluminación, sonido, tramoya, transportación, contabilidad, efectos especiales (SFX), efectos visuales (VFX), utilería (props), construcción, decoración, vestuario, maquillaje, peinados, arte y locaciones… espero no haber olvidado ninguno.

 La producción empieza con los escritores: ellos escriben y el equipo de producción ejecuta, siendo su primera misión conformar el elenco. Esto no sucede de un día para otro, pero, en tanto el engranaje que da vida a esta industria se ha puesto en marcha, la velocidad en la que se pasa, en ocasiones en tan solo tres días, de un boceto ejecutado por el Diseñador frente a los ojos de su equipo en el Departamento de Arte, a la famosa frase del director para iniciar la escena: «¡Acción!», genera una gran fricción.

La responsabilidad de entregar el escenario perfecto para la filmación genera altos niveles de excitación y estrés en todos los miembros de cada departamento. Tras varios meses de tensión, los nervios provocan emociones intensas que afectan la mente y el cuerpo de casi todos. Es aquí donde Niro, en su departamento de arte, «The Art Department», juega un papel fundamental en el liderazgo del grupo, ya que, de una u otra forma, logra transformar la energía negativa generada por la presión en energía positiva.

 

Se toma el tiempo necesario para hablar con ellos, ya sea de forma individual o colectiva, conectándose a través de sus sentidos con sus mentes y, aún más allá, con su ser interior.

Ahí encuentra los valores fundamentales de la vida, según su interpretación: honestidad, empatía y confianza, e intenta equilibrar la estabilidad de cada uno de los miembros de su equipo y del conjunto. Bajo su responsabilidad, hay en promedio 90 personas. Como él mismo describe, el departamento de arte es como un edificio cuya estructura está hecha de armonía y cuya fachada refleja el talento. La fachada, si se deteriora, se puede reparar o reemplazar; pero si se toca la estructura, el edificio puede colapsar. El arte, en definitiva, es armonía en todos los sentidos.

Marco Niro

Y ¿qué tiene que ver todo esto con los bienes raíces y el estilo de vida? Un atento lector podría preguntarse. Pues bien, en el cine y hoy en día en lo que se ha venido llamando streaming, el objetivo es capturar la atención del espectador mediante la creación de imágenes en movimiento. Para que esto suceda, las imágenes deben generar emociones. Las emociones nos inspiran aspiraciones, y estas aspiraciones, muy probablemente, reflejarán los espacios vistos en una película. Es ahí donde queremos vivir: en un lugar de ensueño que refleje nuestra personalidad y nuestro estilo de vida.

Ha sido sorprendente atestiguar en primera persona la magia necesaria para la producción cinematográfica. Es en los estudios de filmación donde todo se transforma, como en un proceso alquímico en el que la madera se convierte en metal, el metal en fuego, el fuego en aire, el aire en explosión, la tinta en sangre, el azúcar en vidrio, el vidrio en plástico, el plástico en metal y el metal, nuevamente, en madera. 

Así, muchas veces han sido las imágenes en la pantalla las que nos han dado ese impulso y esa energía necesaria para alcanzar nuestros sueños, objetivos de vida y nuestro hogar. (Título de foto)

Es el honesto arte del engaño para generar emoción. Y así, ahora, los he engañado: yo soy Marco Niro, el que viste, el que calza, y el que nunca había publicado algo escrito… hasta ahora.

marco Niro

Definitivamente, y solo por la práctica que he tenido durante más de 30 años ejerciendo esta apasionante profesión, mis imágenes creadas a lo largo de todos estos años son mejores que las letras que hoy comparto con ustedes: mis letras. ¡Entretenimiento puro!

Gracias, es lo que es.

Francesca, mi hija a sus 9 años, me dijo: «Papá… todo lo que es, es lo que debe ser”, reflejando el significado de Maktub: «Estaba escrito» que tenía que suceder.

¿Te gustó este artículo? Explora más temas como este aquí.

 

Compartir:

Mantente al día aquí